martes, 6 de abril de 2010

Distintas miradas al acceso abierto

Los agentes implicados en el open access fue la segunda mesa redonda, de la cual ya nos ha ofrecido una reseña Lluís Anglada en su blog, en la cual cada uno de los participantes aportó una visión diferente del OA.


Inició el diálogo el investigador y doctor en biología Roderic Guigó Serra, quien aporta la visión del usuario del OA. Es más, destacó que en la investigación bioinformática, todo está en acceso abierto, desde el software (vinculado al sistema operativo UNIX y herramientas GNU desde sus inicios, ahora con fundación propia) hasta los datos del proyecto genoma humano. Todo está en dominio público, tanto los artículos más citados en bioinformática (según datos de la Web of Science), como el programa para visualizar el genoma y generar su mapa (el gff2ps). ¿Y porqué? En 1996 la comunidad científica bioinformática (¿a qué esperan el resto?) adopta los acuerdos de Bermuda, en donde se estipula que en menos de 24 horas, se han de hacer públicos los datos del proyecto para que toda la comunidad científica tenga acceso a ellos. Así, los laboratorios que participaron en el proyecto del genoma humano depositaron en repositorios OA (GenBank por ejemplo) los datos antes de que pudiesen publicar ningún resultado. Fin del monopolio de datos, fin de las restricciones. Los proyectos Encode y Personal Genome son una llamada de atención para hacer comprender a la comunidad que el acceso a la información es mejor que la privacidad de la información. Con los datos del genoma de un individuo no se consigue nada, con los datos de centenares de millones de personas se puede avanzar en el conocimiento.

Continuó la discusión Frans Lettenstorm, de la editorial Springer, quien hizo un breve repaso de la publicación de revistas científicas desde sus inicios hasta la actualidad. Mencionó los cambios que se producían en “el pasado” de la edición científica comercial: se pasaba del papel al soporte digital, de suscripción al pago de licencias, de compra individual a la consorciada. Esto está nuevamente cambiando, ya no se quiere sólo el acceso al archivo pdf de texto, sino al documento multimedia, ya no satisface echarle un vistazo al artículo sino de poder buscar a texto completo en todos los artículos.

Interesante fue la metáfora que utilizó para describir la situación de cambio actual en el ámbito editorial: Internet es el meteorito que hará desaparecer de la faz de la tierra a las publicaciones en serie científicas en papel. Sólo sobrevivirán las publicaciones científicas electrónicas que no estén desadaptadas. De ahí que Springer participe en proyectos OA, para aprender y sobrevivir, y no quedar mal adaptada.


El editor de la revista de análisis matemático Collectanea Matermatica, Joaquim Ortega (UB), enriqueció la discusión aportando el punto de vista de una editorial pequeña de una revista acedémica especializada. Trabajan en un nicho reducido de mercado , retienen los derechos de autor de sus articulistas, si bien les animan a que depositen sus artículos en los repositorios institucionales en OA (con un embargo de 5 años). No saben cuánto cuesta publicar un artículo, ya que tienen costes ocultos, como por ejemplo las horas de trabajo del personal de la academia que no se contabiliza. Además, considera un mito de que los investigadores pidan publicar en OA, ya que sus autores no exigen modelos de copyright (los autores no se fijan en si una revista es OA o de pago, ellos miran el impacto y el prestigio). Ortega está convencido de que la difusión del conocimiento ya no se realiza solamente a través de artículos de revistas, sino también en presentaciones de congresos y en bases de datos. Las publicaciones académicas se están concentrando en grupos comerciales, que les permiten tener una mayor visibilidad de la que puedan obtener en la universidad. De ahí que, lo único que le queda a la revista es el control de calidad a través de la revisión por pares, y mantener en alto el prestigio que otorga publicar en esa revista. Él cree que las revistas que sobrevivirán son las que hagan énfasis en el control de la calidad, y no cree que el acceso abierto influya o favorezca a la publicación científica.

Finalmente, Dídac Martínez aportó la visión de un bibliotecario optimista. Listó los recursos en OA con que cuenta la UPC, entre ellos el CanalUPC.tv (el cual no impide tener el canal de la UPC en Youtube). La política institucional de la UPC es de acceso abierto. Ahora los profesores han de depositar en repositorios institucionales de la UPC, a los cuales se puede acceder desde UPCommons. La biblioteca elabora informes utilizando estos datos, tienen un observatorio de la producción científica, que hacen estudios del posicionamiento de los profesores de la UPC en el mundo, por ejemplo. Lo que la biblioteca ha aprendido en el camino es que pueden hacer realidad la filosofía del acceso abierto. Sus proyectos de mejora, de aprovechar las tic para reorientar los contenidos, de incorporar los proyectos OA dentro de los proyectos de comunicación de la universidad, de conectar con los autores para darles más visibilidad o de gestionar, recuperar y preservar el conocimiento de la UPC, han conseguido prestigio e importancia, y la confianza del sector político de la universidad. Martínez asevera que las tecnologías de internet están para quedarse, y frente a este hecho, aconseja seguir 10 objetivos:

Primero, evaluar los repositorios junto a los autores para poder diseñarlos de acuerdo con las necesidades de los usuarios. Segundo, mejorar el posicionamiento de los repositorios en los rankings internacionales, para ganar visibilidad de la universidad y de los autores. Tercero, no hacerlo todo igual, se ha de personalizar los repositorios (informes a medida), y se ha de otorgar valor añadido a los servicios (información a los profesores sobre derechos de autor). Cuarto, que los repositorios sean más abiertos, no sólo los artículos resultado de la investigación, sino también los datos investigados. Quinto, construir repositorios interoperables. Sexto, que por defecto los artículos que se publiquen en revistas científicas comerciales se depositen en repositorios institucionales (¿recuerdan a Suber cuando comentó lo de la negociación con la editorial para conseguir la exención para los repositorios institucionales?). Séptimo, crear repositorios de docencia (aumentan los alumnos que toman apuntes en pc). Octavo, abrir los repositorios a las herramientas 2.0, conectarlos a las redes sociales y enriquecerlos con las aportaciones de los usuarios (Margaix ya comentó las ventajas de incluir estas herramientas sociales en los repositorios). Noveno, la innovadora idea de unir fuerzas con el equipo editorial de la universidad y publicar digitalmente en OA, que los recursos económicos se queden con el investigador. Y por último, innovar, en conjunto, la unión hace la fuerza.

Las preguntas no se quedaron cortas. De entre todas rescatamos la más controvertida, la de la calidad. El confundir la calidad con la popularidad. O el de citar un artículo porque es malo, ergo este artículo no es de calidad. O que el editor no te publicará el artículo (de calidad) porque políticamente es contrario al rector de mi universidad. O que los artículos más citados de Einstein no son los más citados en ISI. O el mal negocio montado: la universidad paga la investigación, el investigador regala artículo para conseguir prestigio, y la universidad vuelve a pagar para tener acceso al artículo a través de la biblioteca.

El conocimiento científico avanza en red, sus agentes no tanto.

Grelda Ortiz

No hay comentarios:

Publicar un comentario